CARTA ABIERTA DE GONZALO ANDRÉS GUTIÉRREZ -reproducción textual-.





ZONAL FEDERAL DE VIALIDAD PROVINCIAL

PUESTA EN ESCENA: LOS "CAMBIOS" SIN ALBORADA

Días pasados, los federalenses nos despertamos con la buena nueva de que se cambiaba al jefe Zonal de Vialidad, anuncio éste que no obstante lo ampuloso y prometedor, no nos augura nuevas alboradas en lo que ya es un clásico. 

Suponemos que el cambio viene a solucionar la deplorable y desoladora realidad de nuestros caminos y del "quilombo" de la Zonal, donde se puede "afanar" tranquilamente sin que se descubran jamás a los responsables. Diría un pensador, "para novedad, lo clásico".

Si debemos juzgar la eficiencia y transparencia de la repartición, en los últimos años, por el descubrimiento de los autores de los choreos recurrentes, diría que la Zonal es lo más parecido al "Olimpo de los plutócratas".

Se pueden afanar impunemente cubiertas y material, donde hay cámaras de seguridad. Se puede ser el Jefe, y tener una "empresita" para el curro de hacer los puentes. Quien audita y controla, acomodar a su hijo, sorteando todas las restricciones de compatibilidad. Se puede afanar combustible, sin que nunca se descubra a sus autores. Se vuelcan las máquinas, entre otras muestras de surrealismo. 

Lo clásico es que se pone en su Jefatura no a un funcionario de carrera, o con cucardas que acrediten idoneidad. Más bien, todo indica que su designación no viene decidida por la jefatura provincial, sino que tiene como mentora a la senadora, "gerente" fáctico de las reparticiones administrativas del Poder Ejecutivo.

Quiero pensar y, supongo por vía de principio, que tanto la senadora como el designado nuevo jefe, abrigan el propósito del cambio anhelado. Quiero ser optimista, instigado por un genuino deseo de cambio y transformación. Creo que es así, y le deseo por ello la mejor de las suertes.

Pero creo que el "cambio" debe pasar por un mayor presupuesto, un plan de trabajo para la conservación de caminos, presupuesto para la reparación de los puentes rotos, de maquinaria, de combustible, el saneamiento administrativo, y el fortalecimiento de la Jefatura con idóneos a cargo.

Pienso que la senadora, como federalense, quiere los mejores resultados. No niego su capacidad de trabajo y su compromiso con el cambio de nuestra lastimosa realidad.

De lo contrario, debo pensar que el perfil del nuevo jefe, tiene más que ver con la intención de la senadora de construir una estructura política para sí, con futura potencia electoral, atando Vizcaya y al ‘Pollito’ para la próxima contienda, en la que se enfrentará, irremediablemente, con quienes ocupan Antelo y Paraná, … y con otros.

De ser así, sería lamentable, dado que estaríamos condenados a una letanía agonizante que no parece tener arreglo, donde la nueva designación sería sólo la recurrente escena simbólica, irrelevante, gestual, rodeada siempre de los acólitos de filial devoción, donde la senadora hace patética gala de un poder que no depara beneficios sustanciales al común de la gente, ni de progreso efectivo.

Estamos acostumbrados, en cada cambio de funcionarios, a los sermones siempre retóricos, preñados de augurios de bienaventuranzas para quienes deben lidiar con la pésima gestión del Estado, en sus reparticiones de salud, educación y vialidad. 

Pero necesito tener fe. No quiero pensar que el perfil de la designación que, reitero, tiene como mentora a la senadora, tiene más que ver con la temporalidad de sus afanes, sus compromisos políticos de corto plazo, coyunturales, atados a la rentabilidad electoral inmediata, los que siempre posponen la construcción de un futuro más trascendentes para el porvenir de los federalenses.

De no haber mínimos cambios en nuestra realidad vial, me permito sugerir a la senadora que, en lo sucesivo, no acompañe con su voto las futuras leyes de presupuestos.


Porque, le recuerdo a la senadora, que lleva cuatro o cinco votos de aprobación de presupuestos provinciales, donde no se contempla siquiera "remendar" los puentes que tienen cincuenta años, en un Departamento que pretende parir un perfil agrícola. Ni hablar de obras de infraestructura. 
Le recuerdo también, que en Federal la última obra vial de envergadura data del año mil novecientos noventa y siete (asfalto Chañar-Federal). 

Somos, al parecer, los marginales y periféricos de todos los gobiernos provinciales. Vergonzoso es que la CIPPEC nos ubique como el Departamento de la "pobreza crónica", donde no hay proyectos de inversión por la pésima estructura vial, donde el futuro de cada joven depende sólo del paternalista favor político, para el acceso a los escasísimos puestos de trabajo.

Sí hay obras en otros Departamentos. entre otras, para la construcción de la ruta provincial Nº 23 de Arroyo Barú-Jubileo (pueblo de Urribarri); se destinaron novecientos millones de pesos, lo que usted convalidó con su voto. Otro tanto para la construcción de un puente en Arroyo Don Cristóbal, ruta provincial Nº 34, ruta de asfalto en el acceso a Sajaroff, acceso a Alcaraz, entre otras obras.


Está en sus manos señora senadora, lograr en su caso, con un voto negativo, que el gobierno provincial contemple no sólo el arreglo de los puentes que llevan años en el suelo, por vía de mayores presupuestos para la Zonal, sino también la ejecución de obras de infraestructura para un progreso genuino, y no entregar su voto por migajas dadivosas y"acomodos", a las que nos tienen acostumbrados los distintos gobiernos provinciales.
Si así procede, señora senadora, cuente con  nuestro apoyo.
Gonzalo Andrés Gutiérrez