"Era
previsible, pero en plena pandemia el gobierno no supo evitar el caos en los
bancos"
Nicolás
Mattiauda*
Opinión
En
un puñado de horas se tiró a la basura la emergencia sanitaria por coronavirus
y se abrieron las puertas a un peligroso contagio masivo o comunitario como se
lo denomina, que es casualmente el que se busca evitar y contra el que más
lucha el sistema de salud del país.
El
gobierno, los gremios y los bancos han puesto en peligro a los argentinos. Son
los responsables directos de lo que ocurrió en las primeras horas de este
viernes con el hacinamiento de gente en sucursales de todo el país esperando
para cobrar, dejando en evidencia mucha desorganización e inoperancia.
Si
lo que ocurrió en los bancos era previsible, como lo aseguró sin ponerse
colorado el titular de la ANSES, Alejandro Vanoli, entonces hubo impericia del
gobierno que no supo evitarlo. El mismo gobierno que viene marcando bien y con
firmeza las pautas de comportamientos y cuidados frente a la pandemia, no
estuvo rápido de reflejos para aplicar un protocolo preventivo encontrando la
manera de evitar que los adultos mayores, principalmente, salieran de sus
casas.
La
imagen se repitió en todo el país. En plena cuarentena obligatoria por la
pandemia, las entidades bancarias tuvieron largas filas en las que se mezclaban
jubilados y quienes por cronograma debían cobrar las AUH o la asistencia social
por la emergencia. Todos juntos y en muchos casos sin respetar la mínima
distancia entre sí.
Ante
la incertidumbre económica y sanitaria actual, no se puede responsabilizar a la
gente por amontonarse en los bancos porque es lógico que quien necesita el
dinero, y más en esta coyuntura, buscará casi con desesperación la manera de
cobrarlo.Además, si hay personas que no respetan la cuarentena obligatoria, que
buscan cualquier excusa para salir de su casa y violar la norma, por qué no
creer que ocurriría lo que finalmente sucedió.
Si
para el gobierno primero está la salud hoy quedó demostrado todo lo contrario,
porque no hubo un plan preventivo que priorizara cuidar al menos a la población
de mayor riesgo. A las personas a las que se les pide (prácticamente se les
exige) no salir de sus casas para no ser afectadas por la pandemia, a las que
más debe proteger el Estado, se las expuso a la vulnerabilidad del riesgo que
se busca evitar. El mismo día, a la misma hora, en el mismo lugar, todos
juntos. No era necesario.
Lo
ocurrido no solo debe encender luces de advertencia en el gobierno por lo que
puede significar un contagio comunitario masivo del coronavirus, sino asumirel
error, reconocer la gravedad del mismo y volver el marcador a cero en los días
de la cuarentena.